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Estudiantes de Educación Parvularia PUCV realizan su práctica profesional con análisis, talleres y acompañamiento a educadoras

Estudiantes de Educación Parvularia PUCV realizan su práctica profesional con análisis, talleres y acompañamiento a educadoras

“Dada las circunstancias vividas durante este año 2020, producto de la emergencia sanitaria producida por la Pandemia del Covid-19, las asignaturas de práctica de las carreras de Pedagogía de la PUCV se han visto imposibilitadas de realizar las actividades en contextos reales en sus respectivos centros de práctica. Durante el primer semestre y dado que existía incertidumbre del tiempo que duraría esta emergencia, se realizaron talleres en espera de efectuar presencialidad”, señala desde la carrera de Educación Parvularia, su coordinadora de prácticas Carola Rojas.

En ese contexto, la docente comenta que el equipo de Práctica de Educación Parvularia PUCV planificó una estrategia para este segundo semestre para lograr las competencias de egreso de las estudiantes que contempla: análisis de buenas prácticas, acompañamiento a educadoras mentoras y talleres virtuales.

Marianela Witt, tutora de práctica profesional de Educación Parvularia PUCV, manifiesta que la preparación de esta práctica profesional ha sido “principalmente sostenida en el principio de flexibilidad, como valor y habilidad. Desde marzo a la fecha, todas y todos hemos vivenciado un cambio sustancial, un desafío de adaptación a nivel personal, familiar, social sin precedentes, constituyéndose como una trayectoria de permanente adaptación y aprendizaje, y es desde esta realidad compartida que como equipo de práctica hemos encontrado progresivamente las estrategias para la enseñanza (…) En este segundo semestre, el panorama actual de la Educación Parvularia nos moviliza como Equipo de Práctica Profesional a promover la acción pedagógica de las Educadoras en Formación, en una primera instancia a través de la observación, análisis y reflexión de experiencias pedagógica en contexto real y,  estas semanas, se ha iniciado un proceso de inserción de las educadoras en formación a espacios educativos que están desarrollando su labor educativa y que, generosamente, han abierto sus virtuales puertas para contribuir en tan importante proceso de formación profesional, integrándonos de esta manera a la trayectoria de aprendizaje y adaptación de sus comunidades educativas”.

Así, cada centro educativo ha diseñado e implementado diversos modos de establecer y mantener un plan de vinculación pedagógico con niños, niñas y sus familias, y a su vez cada nivel educativo presenta sus propias características. “Tanto las educadoras en formación como las tutoras de práctica hemos de respetar y adecuarnos a estas múltiples realidades. En este sentido, la vinculación comienza por la contextualización de la enseñanza que les permitirá generar un plan de vinculación pedagógico virtual con niños, niñas, familias y equipos educativos. La ejecución de este plan permitiría a las futuras educadoras evaluar y analizar la experiencia para una toma de decisiones impulsado por un proceso reflexivo permanente. Se trata de un itinerario conocido, pero adaptado a circunstancias concretas, donde la compañía, orientación y retroalimentación de las mentoras se torna fundamental”, detalla. 

La ex alumna de Educación Parvularia PUCV, mentora y actual educadora de párvulos en la Escuela Puente Colmo, Karina Muñoz, considera que el principal reto en este momento “es poder reinventarse en cuanto a las prácticas, sin dejar de lado el vínculo con los niños -niñas y sus familias”.

Añade que inevitablemente la pandemia nos ha acercado a la tecnología y cómo, a través de ella, se puede mantener contacto con los niños/as.

Como desafío, Marianela Witt explica: “más que nunca necesitamos estar al servicio especialmente de las familias de cada uno de los niños y niñas, y un desafío importante es ‘personalizar’ la enseñanza a cada realidad. Es momento de desenvolver las competencias adquiridas, la comprensión de las trayectorias de desarrollo, los modos de enseñanza, el valor fundante del Currículum Cultural Familiar, entre tantos otros elementos pedagógicos y humanos que le otorgan sentido a nuestra labor, para acompañar el aprendizaje de los niños y niñas que están en sus casas hoy, que ya nacieron, que crecen día a día y que nos requieren para que este paso por la historia impacte en su vidas como una ventana de oportunidad y no de vulneración”.

En representación de las estudiantes de la carrera, Valentina Carrasco confidencia que “como futura docente me cuestioné en reiteradas ocasiones el impacto de la virtualidad en estos tiempos, convenciéndome que aprender bajo este medio, aunque no sea el adecuado, nos prepara para catástrofes futuras o tiempos en que lo virtual se vuelve nuestra principal herramienta de trabajo y comunicación con nuestros párvulos”.

Agrega que como docentes en todos los niveles, pero principalmente en Educación Parvularia, se debe tener un plan de trabajo que garantice “la misma calidad de aprendizajes independiente de la modalidad. Al estar en tiempos en donde el mañana es incierto, es necesario tener un plan de acción y no solo improvisar bajo estos contextos hasta que ‘todo se normalice’”.

A su juicio, el mayor reto para las educadoras “es y será entregar aquellos aprendizajes sin limitaciones, formando una base sólida que es necesaria para los futuros niveles de educación”.