Aprendiendo a ser profesor desde la vivencia: “el eje de las experiencias pedagógicas” fue valorado como una gran oportunidad de sentir lo que es ser profesor/a
Por Andrés Vivanco
El eje de experiencias pedagógicas, corresponde a la línea de asignaturas exclusivas de la carrera de Educación Básica de la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Dichas asignaturas comparten el tener un componente práctico fundamental que implica una alternancia que favorece que la o el profesor/a en formación aplique lo aprendido en una primera etapa lectiva en la universidad en un contexto escolar específico. Esto representa la manera más eficiente y significativa de aprender a ser profesor/a, siéndolo.
Esta instancia formativa, explica la profesora de la Escuela de Pedagogía y coordinadora del eje, Dra. Valentina Haas, permite contrastar y acerca teoría y práctica, al permitir que los /las estudiantes puedan vivir la particularidad de cada centro, conocer y contextualizar sus propuestas y aportar a la importante labor que realiza cada institución”. Debido a esto, la tarea inicial y producto final de cada práctica, debe ser pertinente a la situación por la que está pasando cada centro educativo, para así aportar a estos y a la formación del futuro docente, explica la académica.
Instituciones asociadas
Distintas instituciones de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué, Villa Alemana y Limache, fueron parte de los centros en donde los estudiantes de la carrera de Educación Básica realizaron sus prácticas. Sobre este punto, Valentina Haas, comentó que “nuestro rol con los centros es de reciprocidad formativa. Nos vinculamos con ellos, con el medio, para apoyar y aportar desde lo que se desarrolla en la formación inicial docente y las nuevas demandas educativas y ellos, por su parte, nos abren sus puertas para que nuestros estudiantes puedan conocer cómo son, funcionan y ser parte de las comunidades educativas y la manera de aportar a ellas”.
Este trabajo ha ido creciendo a lo largo del tiempo, debido a que cada año se analiza lo realizado, su impacto a nivel de las escuelas y en cuanto a instancias de aprendizaje profesional para los futuros docentes. “Hoy las principales innovaciones han sido dotar de espacios de juego y trabajo con las emociones el aula, promover trabajo colaborativo e integrado con materiales innovadores en distintas asignaturas, además de mostrar prácticas integradas en las que los escolares aprenden de una forma nueva, respondiendo a los desafíos del siglo XXI”, apuntó Haas.
Un trabajo en conjunto
Un aspecto relevante en estas prácticas es que muchas de ellas suponen además el desafío de ser prácticas integradas entre asignaturas lo que implica la coordinación y sinergía entre profesores, temas, objetivos y productos. Las profesoras que mediaron para hacer valiosa esta experiencia fueron Francisca Montecino, Jocelyne Olivares, Karol Calfual, Delia Cisternas y Valentina Haas, desde cada una de sus asignaturas del eje de experiencias pedagógicas y prácticas integradas.
El desafío de la convivencia
Los objetivos de cada práctica para los futuros docentes son, diseñar e implementar un rincón emocional contextualizado a cada curso para así trabajar los desafíos de convivencia de alumnado a través de juegos y trabajo emocional, implementar una propuesta de secuencia integrada innovadora con metodología activa y contextualizada y desarrollar procesos de indagación en territorio escolar, de forma que sean capaces de observar, analizar, construir y proponer intervenciones que sean coherentes a los intereses y necesidades de niños y niñas que cursan la Educación Básica.
Toda esta experiencia ha traído un impacto sobre los futuros profesionales, ya que al ser una práctica en donde se aprende a ser profesor siéndolo, se genera un lazo con los niños y niñas con los que conviven, día a día en establecimientos educacionales. “Los estudiantes se vinculan con la posibilidad de estar en contacto con los niños, vivir prácticas en las que su rol es mucho más protagónico, además de poder ver cómo funciona en la realidad lo que ellos plantean y cómo poder ir implementando cambios, mejoras en el proceso”.
Además de lo anterior, agrega la profesora Valentina Haas, “nuestros estudiantes van siendo testigos de la complejidad del trabajo docente, los desafíos y tareas que envuelve y las diversas maneras en las que los niños interactúan y aprenden. En el fondo van experimentando todo lo que es la tarea docente, los aspectos vocacionales, ir creciendo en saber pedagógico, además de poder ir reconociendo sus fortalezas, dificultades y competencias desarrolladas y por alcanzar”.