La actividad tiene como objetivo fortalecer la formación profesional, mediante la vinculación con escenarios reales de desempeño laboral. En la jornada participaron estudiantes que pronto iniciarán su proceso de práctica final, tutoras de práctica y educadoras mentoras de los centros de práctica.

 A partir del vínculo constante que mantiene la carrera de Educación Parvularia de la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) con sus estudiantes, egresadas y centros de práctica, el pasado jueves 14 de marzo, se llevó el “Encuentro de Mentoras 2024”. Jornada en la que participan estudiantes que pronto iniciarán su proceso de práctica final, tutoras de práctica y las mentoras o educadoras de aula, quienes guiarán el trabajo de las estudiantes en los centros educativos donde realicen su práctica final.

El encuentro, que se realiza tradicionalmente al inicio de cada semestre académico, también tiene como objetivo fortalecer la formación profesional, mediante la vinculación con escenarios reales de desempeño laboral. Lo anterior, favoreciendo la coordinación y la reflexión en torno a la relación entre la formación teórica y práctica. En esta versión del encuentro se presentaron los lineamientos principales de la práctica final a las educadoras mentoras, propiciando en todo momento el desarrollo del vínculo entre mentoras y estudiantes, a fin de que estas últimas, conozcan más acerca de los distintos espacios educativos.

La importancia de la mentoría

Para la Educadora de Párvulos del Jardín Infantil Poki Tane de Quilpué, Cinthia Cueto, ser mentora es una gran responsabilidad. “Las estudiantes saldrán al mundo laboral a aprender de nosotras las educadoras de aula, aprender de nuestras prácticas pedagógicas y de nuestro liderazgo pedagógico en el aula. A partir de mi experiencia con estudiantes de la PUCV, destaco como ellas se dirigen a las personas, se comunican con la familia, con el equipo educativo, con los niños y niñas, y el rigor con el cual elaborar los registros que llevan, así como las oportunidades de mejora que presentan”.

Para Camila Oyarzo, estudiante de último año de la carrera de Educación Parvularia, quien pronto iniciará su segunda práctica final, el papel de la mentora es fundamental. “Creo que el rol de la mentora es importantísimo, porque desde nuestro rol, requerimos de un o una profesional que nos guíe. Alguien que disipe nuestras dudas e inseguridades, nos aterrice y enseñe. En ese sentido, las mentoras, son quienes, nos van orientando en cada situación que se presenta con un niño en ese momento que es el primero  cuando nos enfrentamos a la realidad”.

Otro rol fundamental en este proceso de práctica de las futuras educadoras de párvulos, es aquel que desempeñan tutoras de práctica, cuyo papel es acompañar el trabajo formativo de las estudiantes desde la universidad. Al respecto, Amey Pinto Wong, tutora de práctica de la carrera de Educación Parvularia y alumna del doctorado en Educación de la Universidad de Barcelona, explica que, desde este rol, se llevan a cabo visitas tutoriales para acompañar y evaluar su proceso formativo de las estudiantes y talleres dentro de la universidad, para finalmente realizar un encuentro entre la profesora tutora, la profesora mentora y las educadoras en formación, a lo cual llamamos triada formativa, para cohesionar y desarrollar un discurso formativo común”.

Aprendizaje mutuo

Durante el encuentro, mentoras, estudiantes y tutoras, compartieron distintos relatos sobre la importancia de este proceso y de cómo la ayuda y el aprendizaje mutuo sobrepasan la barrera de la formación. “Si bien, la mentora es un modelo a seguir, nosotras vamos aprendiendo junto a las estudiantes, ya que nos van mostrando su personalidad, forma de trabajar, la forma en la que hace su vinculación con los niños y las familias y vamos construyendo juntas el camino. Proceso que en cada caso es diferente”, apuntó Daniela Ramírez, cofundadora de Escuela Libre Lilén de Valparaíso.